Editorial Número Aniversario

Noviembre 2001 - Noviembre 2002.

La Tecl@ o la inversión del vértigo.

Hace algo más de un año ideamos una aventura que hoy es realidad: editar una revista.

Para qué una revista? fue la pregunta que comenzó a hacerse audible en el espacio íntimo de los silencios.Bien, la respuesta inicial y casi basal, se nos manifestó en el deseo de escribir y publicar como una forma de dar testimonio de la época en que nos toca vivir; ser sujetos activos de nuestra historia. Así La Tecl@ cobró vida y sentido. No hizo falta, en aquel momento germinal, más que un garage que ofició de sala de redacción, y muchas ganas de crear. La necesidad de expresar lo que no encontrábamos escrito en los grandes diarios y revistas, fue el motor impulsor del aquel primer número que tuvo, seguramente, mucho entusiasmo, algunas dudas y errores también.

Desde el inicio nos propusimos no imitar el esquema periodístico-informativo de los medios de comunicación formales, los cuales abusan de la denuncia como mera forma de cautivar al lector y asegurar así sus tiradas y puntos de raiting, sin que las denuncias expuestas encuentren una resolución real en los canales institucionales para ello creados. Por otra parte, mucha información iterativa genera un clima de desinformación y desinterés, cuando no confusión. Y en este punto en particular, los reyes de la gran espiral mediática, esa oscura gema, tienen un alto grado de responsabilidad.

Nuestra revista, entonces, tenía que ser otra cosa; debía, de algún modo, retomar el camino de las grandes experiencias editoriales como Crisis, Fin de Siglo, El Porteño, Cerdos y peces, por nombrar sólo algunas. Volver a conjugar el periodismo y la cultura, ambos manifestados en su más amplia dimensión, dentro del mapa de las múltiples posibilidades que da la palabra y el pensamiento. Atender los sucesos de relevancia socio-cultural y político sin quedar inmersos en el torbellino de lo inmediato y efímero. Invitar a la lectura intentando generar cierta mirada crítica noción ésta vinculada al conocimiento más que a la frívola impugnación -, como así también la instancia del debate.

Así, allá por noviembre del 2001, La Tecl@ desembarcó en la gran red provista de muchísimas preguntas y muy pocas certezas. Hoy, a más de un año de trabajo y con la mirada atenta a lo por venir, el deseo despliega su marcha proponiéndonos crecer número tras número, incorporando voces e ideas muchas veces silenciadas por, quizás como Ícaro, acercarse demasiado al sol, que es como aproximarse un poco a la verdad. Que se entienda bien: no a una verdad erigida como único y ciego punto de vista, eso es lo que abunda, sino a una multiplicidad de opiniones que hagan del pensamiento una posibilidad creativa mucho más rica e interesante. Vaya con esta escasa y breve editorial, el agradecimiento a los lectores: Sin la existencia de ustedes, la nuestra como revista sería para nada atractiva. Esperamos fortalecer este lazo esencial para la vida de La Tecl@. El compromiso sigue en pie, y junto a él la decisión de no dar respiro en algo tan necesario como la inversión del vértigo actual.

La Tecl@ - Revista Digital
Buenos Aires, Noviembre de 2002.-