Batea - Libros

Libros

 

 

 

LOS BORGIA
MARIO PUZO
Tema:
Colección: Grandes Novelistas

(Editorial Emecé)

  ____


En el contexto del desorden que reinaba en la península itálica durante el Renacimiento, quien llevara la tiara pontificia debía ser un hombre capaz de aumentar las riquezas de la Iglesia y de unificar todo el territorio. El cardenal Borgia, de Valencia, parecía un candidato poco viable por su origen español (su verdadero apellido era Borja, y no Borgia, como gustaba hacerse llamar) y sin embargo resultó favorecido por los deseos divinos para ocupar el sillón del poder papal. Así comienza la atrapante saga de una de las familias más poderosas de la historia.

Los múltiples seguidores de El Padrino seguramente encontrarán en esta última obra de Mario Puzo (terminada por su esposa Carol Gino luego de su fallecimiento) al Don que andaban buscando. De alguna manera el escritor descubrió cómo, en el marco de la culta Italia renacentista, los papas detentaban todo el poder imaginable, ejerciéndolo para satisfacer sus propios apetitos humanos.

El más importante de estos sagrados hombres de la Iglesia fue, sin duda, Rodrigo Borgia, alias el papa Alejandro VI. El también supo tejer a su alrededor las necesarias lealtades y amores de familia, aunque eso incluyera a sus propios hijos en relaciones incestuosas, crímenes necesarios y alianzas matrimoniales estratégicas.

Los protagonistas de este relato (que empieza con aires de epopeya y termina como un drama) son, además del propio Alejandro, sus cuatro hijos, Lucrecia, César, Juan y Jofre. Las mujeres que acompañaron al papa no fueron tampoco un detalle menor: Vanozza Catanei, la madre de sus hijos, y la bella y joven Julia Farnesio, de alguna manera el amor de su vida (¿Acaso el Padre Celestial no había creado a Eva para completar a Adán en el Jardín del Edén?, se preguntaba satisfecho Alejandro mientras contemplaba el cuerpo de su amante).

Para cumplir su objetivo, unificar los Estados Pontificios y extender los dominios de la Iglesia a todo el mundo, ningún método era desdeñable (no en vano era aconsejado por Maquiavelo, quien dejó grabada en las mentes ambiciosas su máxima sobre el fin y los medios). Asesinatos, traiciones, sometimiento, alianzas, acuerdos estratégicos, concesiones, incesto. Nada era demasiado para borrarle al santo hombre la certeza de estar haciendo lo mejor para sus objetivos.

En esta apasionante novela no aparecerá ningún gnomo saltando entre las hierbas ni un mago conjurando hechizos. Sólo la magia maravillosa de los asuntos humanos, con la exquisita sed por el poder que caracteriza a la especie y que la hace merecedora, muchas veces, de su destino.

Por Carola Chaparro