La bella muerte de Macedonio
Cuando en 1920 Elena de Obieta muere, para Macedonio Fernández -su pareja-, esa muerte fue el inicio de una vida: La de la conciencia que escribe buscando matar aquella muerte. De eso tratan varios poemas suyos. Y también, desprolijamente, estas líneas.
Macedonio Fernández ha sido conocido como poeta de culto. Borges -veinticinco años menor que aquél- nos lo figuró en varias anécdotas de reuniones vanguardistas que tenían lugar en el bar La Perla de Plaza Once, y en las que se destacaba Macedonio, no precisamente por su vanidad, sino por la humildad socrática del "sólo sé que no sé nada". El mismo Borges confesó haberlo plagiado en los temas que luego plasmaría en sus cuentos.
"Yo sentía: Macedonio es la metafísica, es la literatura. Quienes lo predicieron pueden resplandecer en la historia, pero eran borradores de Macedonio, versiones imperfectas y previas. No imitar ese cánon hubiera sido una negligencia increíble".
Jorge Luis Borges, a los 22 años cuando conoció a Macedonio - Buenos Aires 1921
Manera de la psique sin cuerpo
Había nacido en 1874, en Buenos Aires, y era amigo del padre de Jorge Luis Borges. La abogacía fue su ocupación terrenal, juntamente a otros quehaceres como el de cantor, guitarrista, lector y pensador. Al despuntar el siglo XX estaba enrolado en los cículos vanguardistas pero fue, esencialmente -hasta su muerte ocurrida en 1952-, un autodidacta. Y un inconformista.
"Aparento creer que la Luna se muestra cada noche siguiente a una de ocultación. Me impresiona como que así colmo su vocación poética. Si además de yo y el lector hay otros astrónomos en el mundo, convenzámoslos de imponer unánimes en el cielo una reforma afortunada; después de una Psicología No Pasiva, una Astronomía No Pasiva, que no deje, en el Cielo, todo como esté; no ha de consentírseles a esas bultosas masas astrales moverse sin significarnos nada por donde quieran, despacio o velozmente como quieran; hay que consumar la crítica de la Contingencia o Mundo por Psicologías o Astronomías Constructivas. En tren de recomendar, recomiéndese también una Psiquiatría Constructiva que procure a cada uno el grado y tipo de locura que ayude a vivir ilusionado." (Nota al Poema al astro de luz memorial)
La poesía, la filosofía idealista y el humor absurdo se mezclan y confunden en la obra de Macedonio. Algo de eso hubo en sus colaboraciones a diversas revistas de los años '20: "El Progreso", "Martín Fierro", "Proa" (Cofundada con Borges) y "Papeles de Buenos Aires". Pero fue en su teoría poética donde Macedonio Fernández logró expresar sus nociones sobre la estética y la creación artísticas.
"Belarte"
"La máxima esperanza de Poesía es que el mundo (la Contingencia) sólo exista por consentimiento de la Conciencia en su naturaleza de amor, que como tal vive de lo idéntico y por ello aquiesce a ese modo de la idéntico que es la regularidad, la uniformidad. [...] Mi poemática del Pensar intentará la transcripción de lo que pasa en la conciencia en los momentos en que acepta emocionalmente un mundo doloroso del darse real; pero la poesía está en cada uno de estos actos de consentimiento."(Poema de poesía del pensar)
Como cultor de un "arte conciencial", Macedonio prefirió la emoción antes que la sensación. Por eso rechazó en la poesía la versificación sensorial, es decir, los elementos de lo que él llamaba "arte culinario": el ritmo, las onomatopeyas, la consonancia, la sonoridad. Por el contrario, nombró como "Belarte" (anagrama de Bellas Artes) al arte puro.
"Artista es el que transmite de algún modo esos momentos concienciales, describe, historia un momento de aceptación de la contingencia no antes querida por el alma." (Poema de poesía del pensar)
La poesía para Macedonio sirve al conocimiento. Es un modo de acceso a éste y, por ende, también a la belleza. Incluso en la muerte.
Muerte es beldad
"Y soy tan sólo ese dolor, soy Ella,
soy Su ausencia, soy lo que está solo de Ella;
mi corazón mejor que yo lo ordena."
(Cuando nuestro dolor fíngese ajeno)
Si bien la melancolía aparece en este poema, en "Elena Bellamuerte" Macedonio habla de una niña que juega a esconderse para que su madre la reclame con más ternura.
"No eres, Muerte, quien por misterio
pueda mi mente hacer pálida
cual eres ¡si he visto
posar en ti sin sombra el mirar de una niña!"
(Elena Bellamuerte)
El poema es un argumento de la negación de la muerte de Elena, donde su ausencia es una manera de hacerse querer más. Es decir que desde la muerte se llega a la beatitud de la pasión.
"invento de pasión quisiste esta partida
[...]
En tu frente un fin de ola se durmió
por caricia y como en fantasía
de serte compañía
y de mostrar que allí
ausencia o Sueño pero no muerte había.
[...]
Muerte es Beldad.
Mas muerte entusiasta
partir sin muerte en luz de un primer día
es Divinidad."
(Elena Bellamuerte)
Por sus detalles formales (como el uso de mayúsculas, de arcaísmos y la mezcla de tonos coloquiales y cultos), "Elena Bellamuerte" es un exponente principal del barroco contemporáneo. Había estado perdido más de veinte años -al igual que el propio Macedonio, que descuidó su carrera de abogado y sus escritos en las pensiones en que se alojaba-, hasta que fue publicado por la revista "Sur" en 1941. El tema del Amor y de la Muerte (con mayúsculas para Macedonio) tuvieron en Elena de Obieta al hecho artístico permanente del poeta.
"La Muerte no es la Nada, sino que nada es.
El Nacer no es la Vida, sino que nada es.
Equivócase, por terrenal, el Corazón si te llora
pues en nuestra Mente estás, y estuviste antes de sernos visto.
En nuestra mente todo lo que eres, está
pues nunca estuviste sino en nuestra mente."
(La muerte no es la nada)
Finito
Y si el triunfo de la pasión sobre la muerte pareciera el punto especial para dar término a estas líneas, vamos a decepcionarnos.
¿Macedonio diría que no hay finito? ¿Por qué no lo piensa? A Macedonio, sí.
En todo caso, si le sirve, échele una mirada a la receta del maestro y practique (Pero sírvase una propia):
"un 10 % de demencialidad , euforia y analgesia por mitades, que nos deshorrorice algo el vivir, que nos desperfile la fiereza del encaramiento que nos pone la Vida; en lugar de perder el tiempo en inútiles clasificaciones forzadas y ya que nada curan de la perfecta salud mental, lucidez que es una condena, súplannos una dosificación útil de demencia."(Nota al Poema al astro de luz memorial)
Por Marcelo Luna